lunes, 24 de noviembre de 2014

“Flasheando” en quinientas palabras (Argumentación)

¡Atención! este texto ayudará a dilucidar (o intentará hacerlo) la palabra “flashear”. A usted, que cuando se encuentra en un viaje en el colectivo, en un bar, en la cola de un banco o en una determinada situación, y escucha esta expresión de la boca de otros individuos, no entiende de que cosa están hablando. A ver…
Bien sabido es que, si queremos tomar una fotografía  y no contamos con suficiente luz, apelamos a un recurso que provee la cámara fotográfica llamado flash; un destello de luz extra para que la foto salga con mayor claridad, pero que provoca una molestia en los ojos del receptor por unos segundos.  En otras palabras, el flash entorpece la visión de manera efímera: de aquí se derivan expresiones como “me mató el flash”, “no veo nada”,  “me dejó estúpido”; el fotografiado permanece desconcertado unos segundos. 
Por lo tanto, etimológicamente flashear deriva de una condición técnica de la cámara, el flash. La palabra, como se verá a continuación, fue resignificada por la sociedad y tiene un sentido metafórico. ¿Qué significados adopta en el uso cotidiano?
Lo que flashea es lo que produce confusión al destinatario. Se puede retratar de la siguiente manera: suponiendo una conversación entre dos amigos, el primero comienza a decir  una sarta de incoherencias, que el segundo frena al compás de “no te entiendo, estás flasheando”. Dicho de otra manera, en este caso la incomprensión se produce por el difuso mensaje del hablante, pues este comete el error de no expresarse correctamente y es quien lo escucha el que le marca su falta.
 O bien, puede ser quien habla el que se dé cuenta de su error, de que está confundido en lo que dice.  Si alguien comienza a hablar sobre un determinado tema, y se da cuenta de que algo de lo que dijo está equivocado, puede apelar a la palabra en cuestión para transmitírselo a quien lo escucha.  La frase “Perdón, flashee” cumpliría la función de decir “Perdón, estaba equivocado en lo que dije”.    
Flashear también contempla lo inesperado, lo que sorprende.  Este sentido de la palabra se refuerza en la ciudad que, al albergar multitudes, ofrece pocas posibilidades de que dos conocidos de crucen “por casualidad”.  Entonces, Si dos personas se encuentran después de mucho tiempo, uno de los dos le diría al otro “que flash encontrarte” haciendo referencia a lo raro que es encontrarse de esa manera.
Lo extraño también está incluido en la expresión; puede ser de manera positiva o negativa. Una persona “es un flash” cuando le resulta extraña a otra, es decir, no le produce confianza o no le cae bien y entonces, se utiliza la palabra con un sentido negativo. Pero si nos topamos con algo que desconocíamos, y nos resulta raro, pero nos agrada, ese algo sería un “flash” en el buen sentido; bien podría ser un género musical que no conocíamos pero que nos gustó.   
Los usos mencionados de la expresión “flashear” evidencian una resignifcación de un recurso fotográfico.  Es decir, flashear etimológicamente hace referencia a sentirse entorpecido a causa del flash de la cámara; la sociedad traslada este significado para describir otras situaciones. El significado pasa a tener un uso metafórico. 

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