miércoles, 17 de septiembre de 2014

Diario de lector sobre el libro “Los oficios terrestres” de Rodolfo Walsh

Consigna: Realizar un diario del lector sobre “Los oficios terrestres” de Rodolfo Walsh
Diario de lectura
02/09/2014 
3:20 P.M.
Cuando estaba por leer el primero de los cuentos del libro me encontré con la curiosa casualidad de que ya había leído “Esa mujer” la semana anterior (el día 27/08 para ser más exacto), en una situación que poco tenía que ver con el espacio que le dedico a estudiar. Una amiga vino a visitarme ese día, a la noche. Le comenté que estaba leyendo “Operación Masacre” y que estaba disfrutando de su lectura; digo disfrutando por la temática sobre la cual trata la crónica y su manera de abordarla, al denunciar hechos criminales que en ese momento estaban impunes. 
Mi amiga, al escuchar mi agrado hacía el escritor, me recomendó un cuento que ella había leído en la secundaria. Lo buscó en internet y me propuso leerlo. Cuando lo terminé, me dejó una sensación de desconcierto ya que no entendía a quién hacía alusión ese cuento. Le pregunté y me respondió que “esa mujer” era el cadáver de Evita. Aquel cuerpo difunto era trasladado de un lugar a otro en los tiempos de la funesta Revolución libertadora –periodo también en el que se desarrolló la “Operación masacre”, que narra Walsh en la ya mencionada crónica-.   
Luego de tal comentario pude encontrarle el sentido al cuento.  
4.43 PM
Terminado el cuento “Fotos”. La verdad que me resultó bastante costoso leerlo, y más aún entenderlo.  La manera en la cual está estructurado y redactado me produce, al igual que el cuento anterior, una sensación de desconcierto –me animo a decir que aun mayor-. No le encontré un sentido a la trama. El final del libro se asemeja a un epígrafe de una foto, ni más ni menos; eso me produjo el interrogante de si el cuento venía con imágenes que mi fotocopia no tenía. Aparentemente no las tiene. 
Me gusta que el libro haya sido escrito por un argentino, ya que muchas expresiones me son familiares porque provienen de lo cotidiano (me viene a la cabeza la palabra “boludito” o “gil”, palabras burdas que tienen uso actual). 
Me resultó sumamente confuso que las cartas que le mandaban al protagonista estuvieran dirigidas a la misma persona que las escribía: Este es el caso de Estela o de la madre de Jacinto Toloza.  
El debate sobre si la fotografía es o no arte me hizo repensar un texto de W. Benjamin que leí hace poco para otra materia. 
La catarsis que hace Mauricio me trasmitió melancolía. Me refiero al párrafo (o subtitulo n°34) en el cual el susodicho expresa su insatisfacción hacia todas las personas que no creían en sus dotes de fotógrafo y le incitaban a que abandone tal práctica.  No hay nada más doloroso que tus cercanos y/o referentes cuestionen tus anhelos u objetivos.  
03/09/2014
8.24 P.M:
Terminé de leer “El soñador”, era mucho más corto que los dos anteriores y aún así me dio un trabajo particular ya que tuve que releerlo por la estructura particular que tiene; lo que está escrito en cursiva es un sueño que tuvo Juan. Por eso volví a releer solamente esa parte.
Hay que destacar que en el cuento conviven tanto el sueño de Juan como la escena en la que él recién se levanta. Por eso, al leerlo de corrido, se mezclan ambas historias produciendo una totalidad confusa.
8.55 P.M:
Finalizada la lectura de “Imaginaria” debo decir que no entendí prácticamente nada, con un segundo y último intento puedo decir que me fue un poco mejor; ahora me faltó entender el final.  
La pregunta es: ¿Le pegó un tiro al teniente? La particular forma de escribir de Walsh no me lo permitió saber.  
11.43 P.M:
Después de la cena llegó el momento de leer los cuentos que restaban. Estos son “Irlandeses detrás de un gato” y “Corso”. 
La lectura del primero de ellos me resultó una narración ficcional al figurarme –por momentos- al personaje principal como un gato, ya que en algunas secuencias tenía movimientos propios de un animal.

Del segundo debo decir que es una escena que transcurre justamente en un carnaval propio de la época, donde dos muchachos hacen travesuras.  El lenguaje utilizado es extremadamente informal, a tal punto que se leen expresiones como de “sope” (en vez de peso).  

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